Una fobia es un tipo de trastorno de ansiedad, un temor fuerte e irracional de algo que representa poco o ningún peligro real.
Existen muchos tipos de fobias y algunas son bastante comunes. El miedo a volar, a subir a un ascensor o a los espacios cerrados, la agorafobia o el miedo a hablar en público son algunas de ellas. A éstas hay que añadir el miedo a las alturas, el miedo a ver sangre, miedo a los truenos o a la oscuridad y el miedo a un animal determinado (arañas, serpientes, insectos, perros, gatos, etc.)
El sentir pánico es una experiencia extrema en la que la persona puede creer que se está muriendo. En otros casos el pánico puede alterar el comportamiento y provocar actitudes violentas o temerarias como el querer abrir la puerta de un avión en pleno vuelo. Este tipo de reacción, totalmente involuntaria y desproporcionada hace que la persona sienta que está perdiendo la razón ya que, obviamente, sabe que su actitud está fuera de toda lógica.
¿Cómo lidiar con estas situaciones?
La hipnosis es un buen tratamiento para las fobias. Todo proceso fóbico es muy parecido a un proceso hipnótico. La persona se proyecta de forma anticipada a la situación temida para evitarla. Durante la sesión de hipnosis la persona se siente disociada, o sea, su consciente sabe que está en un sillón y que no tiene por qué anticipar o sentir miedo o pánico. Se siente segura, aunque el terapeuta le esté narrando de forma hipnótica que está realizando aquello que teme.
Una sesión de hipnosis para tratar las fobias consta de dos partes:
- La primera es una entrevista durante la cual, además de permitir al terapeuta recabar información que le servirá para ir construyendo la metáfora única e improvisada que incluirá en la hipnosis propiamente dicha, logrará que la persona pueda tener percepciones, hacer descubrimientos de sus propias motivaciones, recursos y deseos que pudieran, incluso, estar escondiéndose a sí misma.
- La segunda parte de la sesión consiste en invitar a la persona a llegar a un proceso hipnótico más o menos leve durante el cual lo que ha aparecido durante la primera parte es “envuelto” en metáforas que es el lenguaje que entiende el inconsciente y, en el caso de las fobias, cuando se considera que el cliente está preparado se le narra que entra en contacto con el objeto o situación fóbicos.
Los resultados son muy satisfactorios, porque al tratarse de miedos irracionales, el proceso hipnótico es la mejor forma de comunicarse con el inconsciente y facilitar la integración de nuevos hábitos.